martes, 18 de marzo de 2008

HACE UN AÑO

Caramba ha pasado el día trece de marzo y no me había acordado. Este día es importante pues es el inicio de mi relación con Ibiza. Fue mi primera llegada a la isla.
Se había convocado una reunión entre todas las partes responsables de gestar lo que después fue "Ibiza Sona" para sacar adelante el germen del programa.
Debíamos estar presentes las personas de la productora que se responsabilizaba del proyecto, las jefes de IB3 que ponían en marcha el mismo y la gente de Ibiza Sónica que avalaba que el proyecto se pudiera realizar.
Por vez primera aterrizaba en el aeropuerto de Es Codolar. De Valencia llegábamos Jesús y yo. Allí nos reunimos y nos vimos las caras con Eric y Annika. El me dio buena impresión, amable y simpático, tal y como me había parecido por las conversaciones telefónicas que habíamos mantenido. Annika, muy jovencita. Como recién aterrizada en el mundillo de la televisión. Un poco, no se... alucinada. En viajes posteriores se destaparía como una marchas.
De Mallorca llegaron viejos amigos. Mar Adrián, jefa de programas de IB3, tan estupenda y cariñosa como siempre. Encantada de que volviéramos a trabajar juntos. Joaquín Ojeda, el maestro Ojeda, jefe de realización de la cadena, un maravilloso teórico de la imagen con quien también había compartido trabajo en otros programas. Y Nacho Tejedor, jefe de producción, desconocido para mí.
Nada más bajar del avión, reunidos todos en el aeropuerto, Mar quiso que fuéramos a desayunar a Ibiza, al Croissant Show, croasantería y cafetería en el centro de Vila, en la plaça del Mercat Vell a la que acudiríamos luego en multitud de ocasiones. Parece ser que allí desayunaba la gente guapa de la isla. Mar, según me comentó, había compartido local con Elle MacPherson y con Marta Sánchez. En época no veraniega el café y las pastas eran muy buenos. El servicio y los productos bajaron mucho durante el verano, pero la terraza seguía siendo un lugar perfecto para ver la vida que por allí pasaba.
Después del desayuno, a la reunión con la gente de Ibiza Sónica. En la emisora, ya sabéis en San Rafael, al lado de la gasolinera nos vimos las caras con Igor, Miguel Angel, Eloy, Franck, etc... Los muchachos tenían claro, a priori, que ellos eran los que controlaban el producto - programa. Ellos decidían los contenidos, escribían los guiones, grababan las imágenes y montaban el programa. Tenían ya dispuestos a los guionistas (con sus guiones ya hechos bajo el brazo) al cámara, al realizador, al montador .......
Después de unos instantes de tensión, tras una oportuna y clarificadora intervención de Mar -poniendo los puntos sobre las ies de la profesionalidad - y Eric poniendo más dinero sobre la mesa, Ibiza Sónica quedó como una empresa de asesoría de contenidos y el programa quedo en manos de los profesionales, que éramos nosotros y que asistíamos un poco alucinados a todo el evento.
La reunión termino con un compromiso de ponernos en marcha en breve y de seguir con todo hacia adelante. Salimos los "extranjeros" de la sede de la radio y nos fuimos a comer a Can Pujol. También fue idea de Mar. Ya había estado allí alguna que otra vez y sabía que era el mejor bullit de peix de toda la isla.
Fue la primera vez que pude ver el mar en Ibiza. Azul oscuro y bastante movido. Y no tenía ni idea de por aquella zona que recorrimos un poco perdidos en busca del restaurante iba a moverme con bastante soltura un mes más tarde. Era nuestro barrio.
De la vuelta a Valencia, de la soledad del aeropuerto ya hemos hablado.
Hace un año de todo esto. Como pasa el tiempo.

martes, 11 de marzo de 2008

CALA COMTE



El sitio era realmente magnífico. Creo que és la mejor playa de la isla. El entorno, con una sucesión de pequeñas playas escondidas bajo unos cantiles de rocas erosionadas por el agua. Arena gruesa, de la que no mancha. El horizonte tachonado de islotes - S'Espartà, Sa Conillera, d'en Mig, etc - que rompían la monotonía de la linea del mar. Pero sobre todo el agua. Azul, muy azul. Transparente, muy transparente. Limpia, muy limpia. Fue de las pocas playas de la zona que no se vio afectada por la plaga de medusas del pasado verano. Un auténtico paraiso.
En algún momento, movido por los malos rollos y por las circustancias, dije que en cuanto me fuera de la isla jamas volvería a pisarla. Cala Comte me convenció de lo contrario. Solo por volver a esa playa vale la pena un nuevo viaje a Ibiza.
Cala Comte - o platges del Comte - segun la denominación tradicional o la denominación turística es, además un sitio perfecto pera ir a ver una puesta de sol. Y si se trata de la típica puesta de sol con música y copas , allí está el "Sunset Ashram". Es el chiringuito de nuestro amigo "el Sigala", llamado así por nosotros pues el día que fuimos a entrevistarle para el programa, llevaba un pantalon corto (muy corto) y su postura era tan abierta de piernas que la "sigala" - Leo dixit - se le salía por el camalillo del pantalonet. Ya ves con que atención se le estaba haciendo la entrevista, ehhhhhhh!!!!!!!!
Es un personaje muy curioso, muy conocido en la isla. Había sido modelo masculino, había tenido su propia agencia y su propio centro de estilismo. Es un hombre de la noche. Como casi todos en la isla, pincha, produce, compila, edita, organiza, promueve.... cualquier acción relacionada con la música. Filosófico en sus conversaciones, algo estrambótico en sus opiniones, comprometido con el medio ambiente y bastante decepcionado de los políticos. Con un drama personal a cuestas este hombre ha vivido lo mejor y lo peor de esta isla. Un fenomeno caramba!!!!!!.
Y su garito, una pasada. Colgado sobre el mar en una punta rocosa. Vistas espectaculares. Tomar café por la mañana, una delicia. Para otra ocasión queda hablar de una fiesta de la luna llena de agosto muy, muy, muy, muy, muy particular, marciana, inquietante, curiosa .....
Cala Comte, en cualquier caso, una magnífica excusa para volver a Ibiza. Si es que hace falta una.

jueves, 6 de marzo de 2008

36 VIAJES


36 viajes en avión de la península a la isla. 4 vuelos interinsulares. 2 travesías en barco. En total 42 trayectos en cinco meses de trabajo. No podemos decir aquello vivo en la carretera, por que no la había para hacer estos recorridos.

La verdad es que nos gastamos (o me gasté, pues la matoria de nosotros se quedaba en los Pimar) una pasta en hacer tanto viaje. Pero había que volver a casa a pasar el fin de semana. Con tanto trasiego no fuimos padecedores de graves retrasos de vuelos. Iberia, bueno Air Nostrum, se portó bastante bien. Solo un viernes por la tarde me dejaron algo colgado pues el avión salió con una hora de retraso. Pero por lo demás, todo fue correctamente.

Detalles, muchos. Los madrugones para coger el avión con destino Ibiza a las 7 de la mañana. Las calles aun no estaban puestas y ya teníamos que estar en el aeropuerto. Por cierto que era lo único concurrido en toda la ciudad. A esas horas de la "madrugada" estaba a tope de gente en busca de avión. Mucho ejecutivo y algun turista. Tal y como se acercaba el verano las tornas iban cambiando. Otro detalle, las esperas en el aeropuesto de "Es Codolar" (Ibiza, claro) para que vinieran a rescatarnos los compañeros "pimarenses" con el coche de producción. A veces tratabamos de compactar a los "arrecogido" y si llegabamos en el avión a las siete o en el avión a las diez se hacía un solo viaje al aeropuerto para recogernos a todos de una tacada. Pablo se especializó en viajes para recoger gente (gracias Pablete).

Por cierto el cafe del aeropuerto, malo de cojones. Con agua salada. Y por el módico precio de 1'30 € el cafe solo. Ufff!!!

Otro detalle: la primera visión de la zona de salida del aeropuerto de Ibiza. En mi primer viaje, un 13 de marzo, debía coger el vuelo de regreso a Valencia a las 22 h de un miercoles. A las siete de la tarde ya estaba esperando el embarque. No había nadie en todo el aeropuerto!!!! Los que conoceis el lugar sabeis que es bastante grande. Pues nadie, absolutamente nadie. Me quede asombrado. Un aeropuerto como el de Ibiza, con la fama que tiene, como se pone aquello en verano. Pues nadie. Las tiendas cerradas, la cafeterias y cervecerias (las hay y muchas para alimentar de cerveza a los guiris antes de tomar sus vuelos a las Islas Británicas) también. La duty free, con las persianas y los candados. Sobre las 21 h empezo a aparecer alguna que otra persona. Esa noche en el avión volvimos a Valencia siete pasajeros.

Todo cambió el primer fin de semana del mes de junio. Ese lunes llegamos en nuestro avioncito a las diez de la mañana y.....

¡Zas! las pistas estaban llenas de aviones: Thomas Cook, Thomson Fly, Monarch, etc.... Las hordas de piel blanca habían llegado.

Las cosas ya no iban a ser igual.

martes, 4 de marzo de 2008

SANT AGUSTÍ D'ES VEDRÀ


Ahhhhhhh, nuestro pueblo!!!!!!

Sí, todos eramos agustinianos. Aunque estabamos empadronados en la municipio de Sant Josep de Sa Talaia, digamos que nuestro lugar de habitación pertenecía al nucleo de Sant Agustí. Por tanto este era nuestro pueblo.

La verdad que no tenía demasiada entidad pero hay que reconocer que bonito era un rato. Probablemente el pueblo más bonito de toda la isla. Hay que ver como le tira a uno su pueblo!!!!!!! Pocas casas tenía, pero la placita con la iglesia, la explanada y las terrazas de los restaurantes, eran una maravilla. Tan tranquilo. Iluminado, por la noche lucia un montón. Arriba de la pequeña colina que se veia tan bien desde la carretera. La iglesia de blancas paredes fuertemente iluminada por potentes focos. Una torrecita, como una antigua torre de defensa, también bajo una intensa luz. El conjunto visto desde la carretera bien merecía una foto que nunca le hice.

Fuera de los meses de verano no encontrabas a nadie cuando a las ocho de la tarde muchos de nosotros nos acercabamos a tomar una cerveza en Can Curt y/o a desahogarse conspirando un poco. Si las paredes de la pequeña salita de la parte de arriba de Can Curt hablaran a algunos de nosotros nos dolerían los oidos.

Este bar fue un punto de referencia para todos. En abril y mayo fuimos muchas veces a cenar sus estupendas hamburguesas completas por 4 euritos, su tempura de verduritas (por 6 €) y sus cañas. Y de paso a ver el partido de la Champions que tocara. En verano, abierta la terraza, la cosa cambio por que siempre estaba lleno y habia que reservar para poder sentarte a cenar a la fresca. Hay quien se "jartó" de comer carnaza a la brasa, asado argentino y otras lindezas por el estilo. ¡¡¡¡¡Ahhhh mi Paco!!!!

Junto a la pared de la iglesia hay unos banquitos en un tranquilo rincón. Nunca lo hice, pero me hubiera gustado hacerlo, pues según nuestro amigo Miguelito, era un sitio perfecto para sentarse a leer el periodico al sol del invierno.

En realidad todo el pueblo era un sitio bastante perfecto.