Ojo, no es Ibiza. Es Valencia.
Acabo de leer en el suplemento dominical de nuestro diario de referencia - el de Ibiza , claro - que se ha realizado un estudio sobre la historia vegetal de las Pitiusas. Se han utilizado tÉcnicas de paleopalinologia - toma palabro - o sea estudiando el polen de antiguas especies vegetales. Y se han llegado a algunas conclusiones curiosas. En primer lugar que los bosques pitiusos eran y son fundamentalmmente territorio del pino. En segundo lugar que han desaparecido valiosas especies como el avellano. Y en tercer lugar - y esta es la que me gustaría destacar - que los bosques de Ibiza tienen más en común con los bosques de Valencia que con los de Mallorca. La naturaleza vuelve a saltarse a las torera los límites políticos.
Conste que esta afirmación no me llama demasiado la atención. Cuando por motivos de trabajo - o de ocio - empezamos a movernos por la islas, varias cosas a este respecto me llamaron la atención. Las suaves montañas, las masas de pinos, el color rojizo de algunos suelos arcillosos me eran muy familiares. Ya los había visto antes y con mucha frecuencia. Y era en dos zonas de la Comunidad Valenciana. En las montañas y acantilados de la comarca de la Marina antes de que la voraz especulación urbanística acabara con su tradicional paisaje. Y en las montañas interiores de la comarca de la Canal de Navarres antes de que los brutales incendios forestales de finales de los 70 y principios de los 80 relegaran aquel verde paisaje a simple territorio del recuerdo.
Recorrer en coche los caminos hacia Santa Gertrudis, Sant Llorenç, o Sant Carles me hacia recordar mucho a las montañas y bosque de mi tierra. Y sobre todo cuando alguna vez llovía. El perfume a tierra mojada era el mismo en Ibiza que el que yo recordaba de los bosques de mi tierra. Y eso, quizas, por que en años, en siglos preteritos estas tierras de ambos lados del Mediterraneo formábamos parte del mismo terruño. Un lluvioso saludo.
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